Hoy les quiero compartir algo muy sencillito, pero revelador que hizo que todo mi ser haga un click!
Resulta que toda mi vida en relación de dependencia (más de 15 años) yo necesitaba evitar las rutinas. Un poco se lo adjudiqué al hecho de ser acuariana, otro poco porque siempre me molestó la idea de tener que cumplir un horario fijo, independientemente de los objetivos a cumplir.
Como ya tenía suficiente estructura respetando la jornada de trabajo, hacía el esfuerzo de no tener más rutinas. Nunca ponía la alarma a la misma hora; nunca desayunaba lo mismo; a veces me llevaba vianda, a veces no; nunca hacía lo mismo a la salida del trabajo (salvo en mis años de danza, en donde 2 veces por semana sí que respetaba ese otro espacio).
Me acostumbré a no tener rutinas, a organizarme a mi manera, haciendo que sea una misión imposible que otra persona pueda entender una semana en mi vida.
Pero claro, esa estrategia, en la independencia, dejó de servir.
Todo muy lindo con sentir la libertad de manejar mis tiempos y organizarme a mi manera, pero si quiero lograr todo lo que me propongo, es necesario un poco de esquema, más allá de los horarios de las sesiones. Pero esto me llevó tiempo entenderlo y asimilarlo (y ponerlo en practica aun más).
Para ello, te comparto algo de lo que hice:
- Identificar mis valores. Eso que me mueve, que me guía.
- Poner límites en función de la energía disponible.
- Armar mi Vision Board para tener más claridad de qué es lo que quiero en mi vida (Si queres saber de qué se trata podes hacer este taller gratuito que está cargado en la web)
- Identificar mis “no negociables". Es el listado de cosas que no estás dispuesta/o someter a ninguna negociación. Por ejemplo, mis clases de danza, no trabajar los fines de semana, etc.
- Usar mi amado pomodoro tracker. Un contador de tiempo para establecer bloques de concentración de 25 minutos para una tarea y 5 minutos de descanso.
Y aquí estoy, amigándome con las rutinas para poder asegurarme que en la semana destino tiempo a todo lo que deseo hacer: trabajar, desarrollar nuevas ideas, formarme, ejercitar y obviamente, también disfrutar, vivir y compartir momentos de socialización.
No es algo nuevo, pero si es bien concreto: si queremos resultados distintos, debemos hacer cosas distintas. Lo que nos sirvió en un contexto, puede que no nos sirva en otro. Necesidad de adaptación.
Lógicamente, todo es un proceso y hay veces que saldrá mejor que otras, pero en la repetición está el perfeccionamiento.
Nos reencontramos en el próximo Simple y concreto!
Sol